Ha pasado el tiempo y ni me he enterado.
Me lanzan flechas y tampoco me entero. Me rebotan. Llevo un escudo antiCupido. A lo mejor me lo puso alguien una noche mientras dormía, porque no recuerdo habérmelo puesto yo.
Aunque cada vez estoy más convencido de que es verdad, de que nadie es imprescindible.
Y sigue pasando el tiempo, y me meto en coches para practicar onanismos compartidos, o compongo otra canción que probablemente no grabaré nunca. Escucho gritos de auxilio… pero me rebotan. No lo hago a propósito, joder; pero tampoco puedo evitarlo.
“No supimos interpretar el rosa de la luna, que anunciaba sin titubear que algo horrible iba a pasar”
Voy a crear mi propio abecedario.
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Bienvenido a Madrid, verás que aquí será peor. Las flechas y los gritos de auxilio nos rebotan a todos. Pero seguimos gritando. Gracias, porque me vuelven de vuelta pero dándome bofetadas de realidad.
ResponderEliminarumm... me refería a otro tipo de gritos de auxilio ;)
ResponderEliminarNadie lo es.
ResponderEliminar"Y nos diga el farero 'idiotas' yo os lo advertí"