jueves, 31 de diciembre de 2009

Ahora llego, cariño (y pasan tres horas)

Nadie se salva de la mentira. Nadie puede evitar mentir alguna vez o ser mentido. Esa es la única certeza. Todos nos traicionamos a nosotros mismos. Normalmente intentamos esquivar alguna subespecie del dolor, o queremos sentir por unos momentos algo que suene parecido a “placer”. Todo pura mierda.
No creo que haya mucha gente que pueda vivir sin batallar, simplemente por seguir vivo de la manera más digna posible que se le ocurra a uno. Es una puta guerra. Esa es la GUERRA, al menos, probablemente, para ti, que si estás leyendo esto es porque te puedes permitir perder el tiempo, y te puedes permitir un ordenador. Yo malgasto gran parte de mi tiempo, entre otras estupideces, escribiendo esta mierda y leyendo otras que han escrito personas a las que hemos hecho célebres por escribirlas. Últimamente creo que nada sirve realmente para algo. Para algo que valga REALMENTE la pena. Y no quiero ponerme en plan gilipollas y empezar con eso de que la gran mayoría de gente en este planeta pasa hambre y no tienen ni agua potable para beber, que es una realidad, pero creo que desde nuestro trono fascista, cualquier discursito cargado de consciencia es una hipocresía. Es por culpa nuestra que el resto del mundo esté como está, y gracias a su sufrimiento podemos conectarnos al puto Facebook y hablar de gilipolleces. Somos unos fascistas que nos hemos impuesto a la fuerza y les hemos robado todo menos su alma.
Es por eso que fallamos a los demás y nos fallamos a nosotros mismos. Jugamos a un juego absurdo, un juego de fascistas hecho por fascistas y con reglas fascistas.
Somos unos hipócritas. Todos.
Somos unos hijos de puta.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Mi puta perrera

P. me enseñó esto hace unos días.
Por fin alguien dice las cosas como hay que decirlas.

http://miputaperrera.blogspot.com/

Hace un año me pasé casi tres horas de pie bajo la lluvia y de resaca para comprar dos entradas de un espectáculo suyo. Conseguí las entradas, pero no vi la obra. Entonces no era consciente de qué estaba pasando ahí dentro, y las dos personas que fueron se lo merecían más yo.
La próxima vez iremos los tres, os lo aseguro.



domingo, 13 de diciembre de 2009

Una vida así nunca puede ser sencillamente vivida. Escorbuto en los mitos; la melodía desechada de un ángel.
Normalmente, cuando uno sueña con algo parecido a esto acaba despertando. Normalmente. Dalí nunca despertó, todo lo contrario que Paul Mc.Cartney, que nunca llegó a soñar.

Veo a E. cantar y SIEMPRE lloro en algún momento. Dicen que últimamente solo bebe agua; alguna raya de vez en cuando, pero solo bebe agua. Como una planta: agua, abono y vida contemplativa, aunque no necesita sol. Cuando su fruto madura, graba un discazo. Es entonces cuando vuelve a subirse a los escenarios, y si durante ese espacio de tiempo atemporal alguien deja de mirar su boca es porque ya está muerto sin saberlo, y no se merece el regalo de la vista que a otros les ha sido robado. Para describir con palabras lo que siento cada vez que le veo tocar, la energía que me transmite, tendría que ser algo parecido a Cortázar; y yo no tengo ni permiso para conducir.

Ahora mismo solo quiero que me alcance un rayo, a ver qué pasaría después.

A menudo juego a eso, a ver qué pasa después, sobretodo con mi corazón. Si soy sincero, creo que lo hago por que existencialmente estoy aburrido. Ya no dibujo con tizas de colores en el suelo. Camino con los ojos vendados en busca de diamantes de piel suave e ideas revolucionarias y húmedas. Pasatiempo de burgueses, supongo.