martes, 21 de septiembre de 2010

Suicidas


Dudo a medio camino entre Barcelona y Madrid, en el punto medio entre Bcn, Madrid y Granada, esté dónde esté. En Ging o en Gang o en $ o en el iris. En el abismo, supongo, con sus fantasmas bebiendo Gin Tonics a la hora del té (a tu hora de tu té) y con un outsider a mi lado tocando una guitarra; nunca estará de moda, por muy out que esté siempre desde dentro; es demasiado auténtico en un sentido demasiado literal: probablemente muera pronto a causa del frío o del hambre. Así es la vida, a veces: un puto polígono industrial en el que nunca deja de llover del todo.

Da igual que haya sobrevivido a otro aeropuerto, porque aún quedan más, y el día que no sea así probablemente estaré más jodido que ahora. Sólo queda el mar para consolarnos.

No lo supe hasta hace poco tiempo (curioso: a lo mejor antes no era así) pero no aguanto más de un mes en un mismo punto geográfico, ni vital. Necesito moverme, en todos los sentidos, a cualquier otra parte.

Me estoy planteando muy seriamente dejar de fumar. Aún no sé qué día será el D. Me acojona porque me encanta fumar, pero necesito empezar a cantar de otra manera, y necesito empezar a correr.
¡Movimiento, joder! Es algo básico, no?

-Así que eres un puto vagabundo…
-¡Eso es! Gracias.

Gracias.

Y gracias también a los que lleváis ahí toda mi vida (aunque ninguno vayáis a leer esto, cabrones).

Y gracias a los que os estáis empezando a meter ahora en mi vida, porque vuestras vibraciones, vuestra energía me purifica y me riega y me hace crecer.

Y gracias a Murakami por escribir un libro sobre sus maratones (los orientales también tienen sentido del humor, joder!! No hay que olvidarse de eso).


jueves, 16 de septiembre de 2010

Vuelven los aviones

Últimamente (en los últimas semanas) cada mañana recuerdo mis sueños. Voy a dos por noche. No sé por qué pero me despierto siempre sobre las 6 y tardo como media hora en volver a dormir: entonces viene el segundo. Como en muy pocas ocasiones recuerdo lo que sueño, estoy algo sorprendido; es algo diferente, como todo en lo que me estoy metiendo estos días. Supongo que una cosa va de la mano de la otra. Por desgracia, normalmente sobre el medio día ya no recuerdo nada.

Hoy, sin embargo, me acuerdo del primero:
Estaba hablando mentalmente con un pulpo, un pulpo de bastante edad, y me decía que tenía que acostumbrarme a vivir así, que lo aceptara; que yo era un pulpo extraordinario, pero tenía que tener cuidado de no volverme loco ahí, precisamente por eso. A mí esa charla no me gustaba, así que empecé a moverme a gran velocidad por encima del fondo plagado de piedras y algas. Estaba de mala ostia. Me paré encima de una pequeña roca y vi como justo encima de mí, una red pequeña atrapaba a otro pulpo y lo sacaba a la superficie. Ni me inmuté.

Como eran las putas 6 de la madrugada me desperté, y lo primero que pensé es que había perdido un avión; al cabo de un segundo me di cuenta de que no tenía que coger ningún avión hoy, y empecé a pensar en el sueño.

Comprendí que estaría en una especie de acuario, por la profundidad del agua y porque cuando se llevaban a mi amigo pulpo (bueno, a lo mejor no nos llevábamos demasiado bien) no me pareció raro. También pensé que tampoco se me hacía raro ser un pulpo ni moverme como se mueven los pulpos. En ningún sueño había sido algo que no fuese humano.

Ayer soñé que un cocodrilo se metía mis piernas en la boca, pero no llegaba a cerrarla… y entonces dieron las 6.

También sueño mucho con gente que hace tiempo que no veo.

Creo que el puto somier que me compré hace poco tiene mucho que ver en esto. Es como si tuviese sueños acumulados.

En fin: me gusta volver a soñar :)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

consecuencia

Gracias a algo parecido a esto soy lo que soy. Por culpa de mi madre, claro. Cariñosamente nombrándola, pero era una pesada: Joaquín y los Beatles.

Me jodió la vida. Si me hubiera puesto otras canciones, ahora sería abogado, o médico.



Uno de los temas que más me gustan de Sabina. Y que quede claro: Sabina me gusta mucho.