“... y eso que hoy venía en son de paz” me dijo cuando llevábamos casi dos horas estirados, o de rodillas. Ultimamente solo busco la paz en cuestiones de guerra. Es así.
Estaba olvidándome de mí en plano secuencia, como conduciendo sin frenos. Ahora, desde el reino del Reno, mientras fumo el quinto cigarro del día, pienso en lo que hice ayer y en lo que no hice, y en cómo lo que haces durante las estaciones puede tener más o menos importancia que lo que no has hecho. Un hecho no hecho puede marcar el resto de estaciones.
Los árboles sienten en estaciones, pero yo soy un mono; debería tomarme el sentir de otra manera. Bueno, en realidad ya lo hago, así que creo que debería sentir como sienten los árboles.
Afortunadamente, dentro de dos aeropuertos estaré de nuevo en Las Palmas, y sé que ahí vuelvo a nacer cada día, como un gato sobre el que hubiese escrito Platón.
Creo que mi alma ahora mismo no es más que un puto periódico sucio.
No tengo tiempo para seguir con esto. Es una putada, porque hoy me apetece...
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