Comiendo con un amigo y su madre se me ocurrió la gran idea de bromear sobre una mancha de tinta enorme (¡enorme!) que "decora" la camiseta del susodicho. La madre no se había fijado aún. Por la cara que puso al verla, sé que nunca volverá a ser la misma.
-¿Y si yo saliese a la calle así?- dijo ella.
-Somos jóvenes; y para colmo, músicos- solté
Pero joder, me di cuenta de que ella tenía razón.
Últimamente pienso que todos (y por "todos" me refiero a la gente que veo, o a la mayoría de gente que me rodea... incluyéndome en mayúsculas) estamos totalmente enajenados. Y lo peor es que va a más.
¿Puedo, con 28 años, vivir de esta manera? o es solo una utopía macabra de un Peter Pan desfasado. ¿Es el arte una justificación valida? o tan solo una excusa, o una droga.
Uh, está sonando un tema chinguísimo en el bar.
Ahora mismo siento que nunca he sido tan feliz como cuando veía a P. cantarlo en la cocina, en el piso de Arquitectura.
Es un sentimiento que me ahoga.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
... suspiro. te abrazo.
ResponderEliminarTodavía....
ResponderEliminar