viernes, 25 de junio de 2010

La teta y la luna.


Hoy quería estar solo y no lo he conseguido. Aunque supongo que si lo hubiese estado habría acabado llamando a alguien, o directamente hubiese salido a buscar cualquier tipo de compañía. El otro día pensé que en Madrid todo el mundo está solo, pero supongo que no es así.
El tiempo es un concepto bastante hijo de puta, y va a tanta velocidad que de repente un día a ti (esa puta cosa minúscula) te da por pararte y te das cuenta de que hace tiempo que te ahogaste.
Hay cierta mierda que no interesa a nadie. Tomemos Espidifen 600 y hagamos ver que no pasa nada, que la realidad es esta falsedad mediatizada.
Toquemos canciones de mierda. Si a ti no te importa, a mí tampoco.
Masturbémonos. Eso está bien. Ven a mi casa y veamos documentales sobre tigres. Soy músico, así que no pasa nada. Siempre hago estas cosas de madrugada.
Y ya lo sabes: si quieres evolucionar, sea lo que sea eso, debes dejar cosas, personas, ecosistemas atrás. Debes perderte. Es duro, pero no hay otra forma de hacerlo. Y no dejes que te ahoguen, aunque lo hagan con el corazón. No dejes que te apaguen la luz. Y si te encuentras mal porque tienes la regla, o tienes un puto traumatismo costal, cágate en dios: todo es culpa suya.
O tuya.
O mía.

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