miércoles, 21 de abril de 2010

Paseando por nuestro Retiro

Estoy intentando dormir por las noches, que al fin y al cabo para eso están, no? Aunque algo tan evidente me parezca extraño. Eso forma parte del problema. Hoy he sentido la soledad como hacía tiempo que no la sentía; no me he sentido mal, pero ha sido como una especie de escalofrío sin serlo. Ha sido algo como con olor a hierro. Un vacío oxidado.

Una sensación real.

Presiento que por debajo de eso, estoy yo. Escondido. Por debajo de “eso” se debe encontrar mi yo individual, ese que no es caprichoso ni cambiante, como lo describe Hesse. Ese yo que al ser individual aparca el egoísmo de mi otro yo, del otro yo de las modas y del siglo XXI. Mi yo individual, como el tuyo, es un yo paciente, silencioso, que lleva consigo la esencia del hombre, de la humanidad. Por eso es un yo individual. Haga lo que haga quiero hacerlo por la humanidad, no por una sociedad. Ese es el sentido del arte. La belleza puede ser un regalo.

Por eso intento dormir por las noches. Quiero derribar mis muros y llegar a mí mismo. No existe otro camino.

Para estar en armonía con los demás, tienes que estar primero en armonía contigo mismo, no? Y al menos para mí, eso es muy muy complejo. O todo lo contrario.

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